Hace un año que disfruto de mi Leoncete. Creo que mimo más al coche que a mi mujer (menos mal que ella no va a leer esto) y lo tengo impoluto, tan blanquito y reluciente todo él. Bueno, prácticamente impoluto, porque el otro día al bajar al garaje descúbrí la típica marca que deja la puerta abierta de un coche estacionado junto al tuyo. Creo que ha sido mi vecino de garaje, pero tampoco lo sé seguro.
Sabía que algún día mi leoncete tendría que perder la "virginidad", pero no estaba preparado para tan "doloroso" momento,

La cuestión es que no sé si merece la pena arreglar la marquita o no. Ya sé que este tipo de golpecillos son prácticamente inevitables, pero joder, es que el coche un año después de comprarlo está (estaba) como sacado del concesionario, y eso que le hago bastantes kilómetros a la semana. ¿Algún sufrido pijotero del foro ha pasado por este dilema? ¿Merece la pena utilizar el seguro a todo riesgo para esto?
¡Gracias, compañeros!