
05-10-2005
Entrevista a Montse Tura, consellera de Interior
La ''dama de hierro'' de la Seguridad Vial
Es la principal valedora en nuestro país de la corriente de “tolerancia cero en carretera” y dirige, desde hace año y medio, la política interior de Cataluña. Sus propuestas anuncian ya nuevos métodos en la lucha contra la siniestralidad: alcoholemia 0’0, sanciones en función de la renta y hasta cárcel para los infractores. “La modernidad jamás puede alcanzarse con el precio de vidas humanas”, defiende. En Terra Autopista hemos hablado con Montserrat Tura.
No es fácil encontrar hoy en día en España a algún político que proponga medidas tan arriesgadas para la lucha contra la mortalidad en carretera como Montserrat Tura. A ella, desde luego, no le tiembla el pulso y menos desde que está al frente del departamento de Interior de Cataluña, una región con plena competencia en materia de tráfico. En año y medio, ha recibido críticas de buena parte del sector, hecho que –según ella- no le intimida.
“Gobernar es saber que, aunque hay muchos intereses, hay que decidirse por aquel que protege de manera más evidente a la mayoría. Y, a día de hoy, es obvio que el interés general es reducir la siniestralidad vial”, precisa. La dirigente socialista está convencida de que más de 4.000 muertes al año en accidentes de tráfico es un coste demasiado alto que la sociedad ni debe ni puede pagar.
¿La solución? Ella lo tiene claro: “Acabar como sea con la impunidad al volante. Existe un grupo de conductores, minoritario, pero muy peligroso, que circula a velocidades temerarias y actúa siempre de manera negligente, muchas veces inducido por el alcohol. Algunas veces incluso muestra actitudes suicidas como conducir contra dirección. Por ellos, es por los que debemos aplicar toda la fuerza de la Policía y, por supuesto, endurecer las leyes”.
Alcoholemia cero
La primera propuesta que Tura ha elevado al Parlamento es la prohibición completa del consumo de alcohol por los conductores. Ni siquiera una cerveza o un vaso de vino. “Yo creo, sinceramente, que quien tenga que conducir no debe beber nada de nada. El alcohol disminuye la sensación de riesgo, el grado de concentración y los reflejos... Y el sentido de peligro es el sentimiento que nos salva y nos preserva la vida”, nos comenta.
La solicitud, sin embargo, no ha prosperado de momento al contar con el rechazo de buena parte de la sociedad española, de fuerte cultura vinícola. La consellera, aun así, vuelve ahora a la carga, esta vez con una variante más “light” de su proposición. “Continúo pensando lo mismo, pero ante estas circunstancias, lo que clama de verdad al cielo es que la legislación actual no prohíba el consumo de alcohol ni a los conductores de transporte escolar ni a los de mercancías peligrosas. Esto es realmente espectacular e indignante y hay que luchar por ello”, reitera.
Multas proporcionales
La alcoholemia cero no es la única propuesta de Tura que ha recibido reproches. También los ha cosechado su anuncio de que pagarán más multas los que más dinero ganen. “El Código Penal, por ejemplo, ya nos habla en su artículo 50 de que las sentencias de tipo económico podrán ser proporcionales al patrimonio y a la renta. Por tanto, no digo nada que sea excepcional”, puntúa.
Un ejemplo. “Si a un millonario que hace una carrera ilegal con un vehículo que vale medio millón le pones una multa de 500 euros, probablemente se reirá en la cara del Policía. En cambio, si a una familia con 1.500 euros de ingresos mensuales netos le sancionas con esta cantidad, se va a acordar toda la vida. Por eso, considero que la solución para evitar la reincidencia es establecer sanciones disuasorias en función de la renta y, por supuesto, que los imprudentes que cometan un accidente paguen los rescates”, explica. Esta última propuesta ya está en curso y podría comenzar a aplicarse a comienzos de este invierno. De ser así, un infractor llegará a pagar gastos por valor de más de 3.000 euros (lo que cuesta el servicio de bomberos, ambulancia, grúa…).
“El carné por puntos no será la Panacea”
Preguntada por la introducción del carné por puntos, Montserrat Tura, como siempre, es muy clara. “No creo que sea la panacea, pero creo que hace una cosa importantísima, que es recordar al conductor que no tiene licencia de por vida y que va a depender de su actitud el que la pierda. Por tanto, el carné será a partir de ahora como la vida: frágil y precioso (...) Felicito al Gobierno por su valentía y por decidirse a premiar a los conductores responsables. A ellos hay que agradecerles su colaboración”, nos ha confesado.
Penas de cárcel y colaboración con la justicia
Evidentemente, todas las actuaciones que plantea la consellera requieren de la implicación de la justicia, que en los últimos tiempos ha sorprendido con alguna sentencia más que cuestionable. Un juzgado de Lleida, por ejemplo, condenó en enero a una pena mínima de 15 meses sin carné a un motorista que fue “cazado” circulando a 256 km/h en una vía con límite de 90. Su respuesta fue “que no ponía en peligro la vida del resto de automovilistas”; y la de Tura, “que la política de mano dura no tiene por el momento réplica en los tribunales”.
La interpretación de los jueces no siempre es la misma. Creo que es urgente que, tanto en la Ley de Seguridad Vial como en el Código Penal, se concrete qué es lo que entendemos por temeridad y qué es lo que entendemos por riesgo. Por el contrario, también hay que decir que en 2004 se han producido, por vez primera, decisiones judiciales de prisión incondicional a personas que han actuado de manera temeraria al volante. Circular a 180 km/h debe de ser considerado ya como delito”, defiende.
Menos muertos en Cataluña
A pesar de que Montserrat Tura no ha podido sacar adelante algunas de sus principales iniciativas en materia de tráfico, los índices de siniestralidad en esta región muestran un descenso bastante más brusco que en el resto del país. La consellera de Interior ha multiplicado en carretera los controles de vigilancia de la utilización del cinturón de seguridad y de los sistemas de retención infantil, de la velocidad o del alcohol. El resultado ha sido una caída del 12 por ciento en la siniestralidad en los primeros seis meses de año y del 50 por ciento con respecto a hace sólo un lustro.
“En Cataluña se ha producido en los últimos meses un debate social muy, muy importante en los lugares de trabajo, en los bares, en los restaurantes… En todos lados se habla de las normas de tráfico. Por eso, estoy muy contenta con la polémica creada, porque el hecho de que unos estén a favor u otros en contra de las normas consigue que todo el mundo esté al tanto de ellas. Y esto nos ha ayudado muchísimo a que los conductores tomen conciencia. El siguiente paso será introducir más medidas en Cataluña que puedan ser también precursoras para su aplicación en el resto del Estado”, anuncia.
Si Montserrat Tura es quien dirige la política de Tráfico en Cataluña, los Mossos d’Esquadra se han convertido en su brazo ejecutor. Los conductores catalanes son ahora conscientes de que, en cada tramo de carretera o en cada incorporación, puede haber una patrulla de la Policía autonómica vigilándoles. Y no es para menos: algún fin de semana la Generalitat ha llegado a poner en circulación a 50 coches camuflados y a efectuar más de 2.100 pruebas de alcoholemia.
“La sola presencia de la Policía en las carreteras significa una cuestión de pedagogía, en el sentido de que todo el mundo sabe que está obligado a cumplir las normas. Eso sí, lo que hacemos en Cataluña es anunciar siempre previamente nuestras acciones. No lo hacemos por la idea de perseguir, que también se nos ha criticado, aunque haya dado resultados, sino para que todo el mundo entienda que la Policía está para garantizar el derecho a circular sin que otros pongan en peligro sus vidas”.
Tura, sin embargo, es consciente de que estas actuaciones resuelven los problemas durante un fin de semana o un mes, pero no a largo plazo. Ella misma nos cuenta, por ejemplo, que un coche camuflado descubrió hace unos días como el conductor de un camión cargado con gasolina hablaba por el móvil durante más de un kilómetro y medio. Si hubiera visto a algún policía, habría esperado a que se marchara la patrulla para utilizarlo, “pero, desgraciadamente, no podemos poner un agente en cada tramo o en cada kilómetro: es imposible”, se lamenta.
En muchos países europeos, como Francia, Suecia o Dinamarca, existe ya un fuerte rechazo social a conductas como el exceso de velocidad e, incluso, el paso de un peatón con el semáforo en rojo. “A eso debemos llegar, ya que es en estas circunstancias en las que la sociedad entera se vuelve en sí misma garante de las normas de seguridad, y eso nos permitirá avanzar”, defiende.
El articulo sigue... pero hasta aqui lo mas interesante........