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La directora de Tráfico anuncia que volverá a activar 350 radares inoperativos
La directora general de Tráfico mostró ayer su preocupación porque la puesta en marcha de nuevos peajes en autovías que actualmente son gratuitas pueda derivar parte del tráfico hacia las carreteras convencionales y ello acabe provocando un aumento de la siniestralidad. Así se pronunció María Seguí en la comisión de Seguridad Vial del Congreso, en la que dio cuenta de las líneas maestras de su departamento. Entre ellas, la de volver a poner en funcionamiento los 350 radares que están inoperativos por falta de mantenimiento, de los más de 700 que hay instalados en las carreteras gestionadas por el Estado. «La intención es optimizar el uso de los radares allá donde la velocidad superior al limite es incuestionablemente un factor de riesgo en la siniestralidad», subrayó.
La directora confirmó a su vez el anuncio del Ministerio del Interior de rebajar el límite de velocidad en las carreteras convencionales de 100 a 90 kilómetros por hora, así como la puesta en marcha de un límite variable en autopistas y autovías. En cualquier caso, los incrementos de la velocidad máxima en las vías de alta capacidad estarán condicionados por «los costes ambientales, el descenso continuado de la siniestralidad y las condiciones climatológicas específicas del tramo afectado». Además, un posible aumento de la velocidad máxima solo afectará a los vehículos ligeros, excluyendo al transporte público y de mercancías.
El nuevo reglamento general de circulación que prepara la DGT contemplará también una reducción de los límites de velocidad en determinadas zonas urbanas. Respecto a los accidentes, Seguí señaló que el número de muertos en vías interurbanas ha bajado un 4%, salvo en Cataluña, donde crece un 17%.